Todo ser humano presenta una resistencia innata a la obediencia. la disciplina anula esa resistencia y, mediante la constante repetición, hace de la obediencia algo habitual e inconsciente.

1 comentario:

Tomasson dijo...

Cuanta razón, lo peor de los humanos es la sumisión a la obediencia y eso debería acabar, quizás el mundo cambie, yn beso