El sentido de posesión en las sumisas


Antes de nada, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Este no es un tema fácil en absoluto. Qué sumisa no ha sentido alguna vez sensación de abandono, o de falta de atención, al ver que su Amo no la dispensaba tanto tiempo como ella deseaba? A mi me sucedió, más al principio, cuando no entendía nada, cuando creía que mi Amo era "mío".A veces desubicamos las cosas. Creemos que tener Amo es tener derechos sobre él, sobre su vida, que si no somos el centro de su atención es que no nos quiere, que no merece nuestra entrega, que es injusto y nos enojamos, y hacemos cosas impulsivamente y nos precipitamos a discusiones que dañan la relación, y que a veces pueden abrir grietas.Cuesta muchísimo esfuerzo, lágrimas, ratos de meditación, castigos, aprender que una buena sumisa no se mide por si puede aguantar dos o cien latigazos, por si se presta o no a ciertos juegos. Se mide por su "saber estar". Eso es infinitamente más duro, porque no implica aguantar dolor, sino pulir el orgullo, saber y asumir el lugar que nos toca jugar. Estamos hablando de sumisión, no de simple masoquismo. Sumisión es acatar lo que se te ordena, o se te pide.Sé que muchas veces una sumisa duda. Piensa que no se la aprecia. Se enoja al ver que su Amo hace su vida, habla con otras sumisas, pasa su tiempo haciendo lo que le apetece, sea un solitario o viendo la televisión. Esto no es una relación convencional. El Amo jamás se "entregó" de esa manera a la sumisa, la "entrega" del Amo es otra, es educarla, adiestrarla, pulirla a su antojo, ser duro con ella aunque a veces le duela en el alma.A una sumisa que exige atención todo el tiempo, el Amo la enfrenta al peor de los castigos: el silencio. Ese silencio en el que te retuerces porque no puedes maldecirle, porque no puedes hablar con él, porque no puedes pedirle perdón y decir que serás buena a partir de ahora. Lo bueno del largo silencio es que te hace meditar. Hace que pienses y recapacites tus actos, que los madures. A él también le duele, un Amo también gusta de disfrutar de su sumisa o su esclava, pero nunca debe permitir que ella equivoque los términos. Es duro para ambos, pero sirve para fortalecer la relación. Para que la comunicación después de ese período de aislamiento sea más pausada, más centrada, más receptiva.Muchos Amos desean esa "entrega del alma". Un cuerpo al que azotar, eso es fácil de obtener. Pero un alma que se rebela, que lucha porque se intuye casi presa, eso les fascina, y no quieren perderlo. Sino, por qué ese Amo le da una segunda, o una tercera oportunidad? Porque sabe que es normal. Que no es tan fácil acatarlo todo, hasta lo más duro, es decir, el orgullo herido. De todas maneras, si se persiste reiteradamente en el error, es señal de que no se tiene mucha predisposición a esa entrega. Por eso pone pruebas. Prueba la paciencia de la esclava, esa otra gran virtud. Paciencia y confianza. Si se cree en esas dos cosas, se tiene mucho terreno ganado.Y otra cosa, los celos. ¿Acaso tenemos derechos sobre el Amo? Debemos "prohibirle" que hable con otras sumisas o con otras mujeres, o incluso, con otras sumisas de su propiedad? ¿Quienes somos nosotras para decidir eso? Está en la naturaleza del hombre el desear hablar con otras mujeres. No podemos argumentar tesis feministas de fidelidad, en una relación D/s. Ni tampoco se puede tachar de machistas a las sumisas que lo practican. Yo nunca me he considerado machista, todo lo contrario, pero sé que en este tipo de relación, las reglas son distintas. Yo me dejo someter, porque yo lo permito, yo me dejo ordenar porque yo lo permito. Soy libre de irme si quiero, nadie me obligó a eso, sabía las reglas. Así que no debemos solapar dos tipos distintos de vida. Que yo acate ciertas cosas que desde afuera puedan sorprender, no me convierte en estúpida, yo disfruto con eso, por lo tanto, lo hago por voluntad propia.Más bien, deberíamos plantearnos de que cada sumisa tiene características distintas para su Amo, en el caso de haber más de una. Y es más, las peleas entre ellas no son cuestiones del Amo, sino de ellas mismas, ya se supone que son maduras para entenderse. Los Amos y los hombres detestan las peleas entre las mujeres. En vez de llorar y quejarse, una ha de sacar "sus armas", "seducir" al Amo, que propicie que tenga ganas de usarte a ti y no a otra ese día. No se debe tirar la toalla. Tu Amo te eligió por algo, pues úsalo, sé tu misma, no te abandones, no te autodestruyas, ya que no lograrás nada dando pena, todo lo contrario, acabarás siendo la antítesis de ti misma. Los Amos desean que nos cuidemos, que nos amemos, que estemos dispuestas y felices y seamos nosotras mismas.Y bien, sé que no es fácil. Lo es escribirlo, pensarlo, pero llevarlo a la práctica requiere sufrimiento, caerse y levantarse, sopesar las cosas. Pero este camino no es fácil. Y de las adversidades uno puede renacer y superarse, así que elijamos la última opción, levantarse y continuar el camino...Un abrazo a todas las sumisas y esclavas, y no perdamos la esperanza..., no nos rindamos... :)

1 comentario:

anna{J} dijo...

Realmente tu exposición y tus sentimeientos son magnificos. Gracias por compartirlos y hacer que piense en voz alta. Gracias por ser tu.
anna{J}